Usaría Velo o no en mi boda?
Usaría Velo o no en mi boda?
La más remota de las explicaciones sobre el uso del velo en las bodas, lo describe como una reliquia de tiempos remotos en los que el novio tiraba una sábana por encima de la cabeza de la mujer a la que elegía como esposa.
Las novias llevan velo como parte de su atuendo de boda, principalmente para demostrar pureza.
El velo nupcial fue inventado originalmente por los paganos para alejar a los malos espíritus que podrían tratar de quitar la pureza de la novia. La idea de la pureza, simbolizada a través de un velo, se ha trasladado a la religión judía y la religión cristiana. El velo nupcial moderno viene en una
variedad de estilos que reflejan la moda actual y el gusto.
En algunos países de Oriente, la mayoría de los matrimonios son acuerdos entre familias y muchas veces los novios no se conocen antes de la ceremonia, razón por la cual la novia permanece con la cara tapada hasta que se retira el velo y es ahí cuando el novio la ve por primera vez.
En la religión católica simbolizó originariamente el apartamiento de la vida exterior de la novia y llevar velo significa que la mujer es virgen y se presenta así ante su futuro marido.
En la cultura occidental es costumbre que tanto el velo de la novia como el vestido sean blancos, pero en algunos países se usan velos de color amarillo: que significa que la novia llega virgen al matrimonio; azul, que es color de la Virgen María o negro que es color de Mahoma.
En algunos sitios existe la creencia de que cuando las solteras pasan por debajo del velo de la novia, celebrarán su boda pronto, como la tradición de lanzar el ramo de la novia.
A lo largo de la historia se ha atribuido al color blanco el significado de pureza e inocencia. Los griegos antiguos lo usaban como un símbolo de alegría en sus festividades con ceremonias públicas.
Los miembros de la realeza tenían por costumbre casarse con vestidos de colores muy vivos. No fue hasta el siglo XIX que el color blanco se popularizó en los vestidos de novia; la reina Victoria de Inglaterra contrajo nupcias en 1840 con el príncipe Alberto, llevando un vestido blanco. Su retrato llegó hasta Occidente, donde otras mujeres comenzaron a imitarla y a vestirse de blanco en sus casamientos.
Lo más importante al casarnos, más que un vestido del color que sea, lo importante a la hora de unirnos en matrimonio después de la salvación es entender que somos puras espiritualmente y que vamos a ser una sola carne con nuestro esposo. Debemos entender nuestro llamado como esposas, el rol que Dios nos dio como ayuda idónea para nuestro amado, y tener muy claro que el pacto que hemos hecho delante de Dios es sagrado. Y es aquí a donde va el enfoque: nuestro matrimonio es uno delante de Dios.
Si nuestro matrimonio es uno apoyado y respaldado por nuestra comunidad de fe, para hacerse delante de Él, ¿por qué no habría de ser una unión pura?
Recuerda que tienes libre albedrío y puedes usar velo o no, recuerda las palabras del apóstol Pablo para aquellas mujeres que pueden estar siendo juzgadas por su pasado:
“Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu”
Romanos 8:1
Conociendo entonces esta hermosa verdad, y recordando que nuestro Dios es el Dios de nuevas oportunidades, puedes caminar al altar vestida de blanco como un reflejo de tu nuevo compromiso de pureza y fidelidad al Señor y a tu futuro esposo. Que tu vestido sea una muestra de tu deseo de honrar la pureza de tu matrimonio y una declaración de que le perteneces
solamente a Dios.